Cómo apoyar a una familia con un niño en cuidados intensivos
Imagina que un día cualquiera, un día común y corriente de tu vida te sorprende la noticia de que tus vecinos tuvieron que irse al hospital por una emergencia. Inmediatamente te queda una sensación de: “que habrá pasado?”, “que tan grave será?”, ..y muchas otras interrogantes que pueden llegar a tu mente. Si así resulta para un vecino, amigo o familiar imagina para esa familia que esta pasando por ese momento tan fuerte. Definitivamente dependiendo de la cercanía y confianza que tengas con esa familia será también el grado de emoción que te afecte, pero siempre debemos tener solidaridad ante situaciones como estas.
Desde mi experiencia personal cuando tuvimos las emergencias con mi bebe, (que hoy goza de una salud perfecta), siempre hemos tenido comunicación con vecinos, amigos y familia y lo normal es que están al tanto de como estamos. Ahora, en ese momento todo se vuelve un completo enfoque en una sola situación que es la emergencia y la salud.
Ayudar siempre es necesario cuando una familia pasa por estas situaciones, pero se torna muy delicado en como lo hacemos para ser prudentes con lo que están pasando porque toda persona maneja las crisis de maneras muy diferentes y en emergencias tan fuertes hay que saber ayudar dando esos espacios que necesita esa familia.
Aqui te daré varios tips de como puedes ayudar desde la prudencia y sobre todo en amor:
Llevarle a la familia una comida preparada cuando lleguen puede ser de gran ayuda. En mi caso la vecina de al frente de mi casa nos recibió varias veces cuando llegábamos del hospital con comida caliente preparada para todos y siempre acertó en días de gran dificultad y mucho cansancio, bendiciéndonos con sus comidas a nuestra familia de 4 en espera de llevarnos al bebe, al 4ta integrante a la casa. Específicamente esos días parecía hasta una comida enviada por Dios por la necesidad del cansancio que luchaba con todo y no parábamos a comprar nada. Lo más hermoso es que ella era super prudente, salía inmediatamente, entregaba la comida, explicaba cociné tal cosa y les saqué un poco y se retiraba sin preguntar y siempre dejando saber: “saben que cuentan conmigo”. A eso yo le llamo empatía en acción. La empatía debe ser siempre un verbo.
En las familias promedio la gran mayoría tienen más de un hijo, quiere decir que esos herman@s se van a ver con la dificultad también. Las familias pasando por estas situaciones no quieren que sus otros hijos se vean afectados en sus compromisos por lo que dependiendo de la confianza claro está, ayudar a que los hermanos puedan ir a sus actividades extracurriculares es una gran ayuda. Por ejemplo y nuevamente desde mi vivencia habían dos madres que tomaron las riendas en ayudarnos con buscar al mayor de casa y cumplir con sus juegos de baloncesto que por la emergencia era evidente no podíamos llevarlo ya que la mayoría de sus juegos eran a las horas de visita en el hospital.
Si la cercanía con la familia no es tanta, todavía hay cosas que pueden parecer tontas pero no lo son. Por ejemplo, se puede dar el caso en que estén saliendo a la misma vez de las casas en sus autos y cederle el paso primero a esos vecinos puede ser un gesto muy gentil y solidario.
También si se diera el caso de estar en temporada de huracanes pensar en el momento de los preparativos de comprar botellas de agua y llevarles una caja o dos puede ser una gran ayuda porque el tiempo en estas situaciones es lo mas comprometido que tendrán estas familias y podría ser que corran el riesgo de no conseguir agua. ¡Te imaginas!
Hacer una recolecta también sería una gran ayuda. Donde se asigne a una persona de confianza para recaudar entre la familia o compañeros de trabajo, así sea un fondo pequeño pero que les ayude para gasolina, estacionamiento o algún deducible y aunque la familia en la situación no diga nada o no pida ayuda, hay una muy grande probabilidad de que la necesiten. Y si se diera el caso en donde verdaderamente no tiene esa necesidad económica, sería entonces muy bonito que se proponga hacerle llegar ese fondo a una familia que hayan identificado en el hospital con pocos recursos. Es sorprendente con cuanta necesidad una se choca en los cuidados intensivos. En fín, se trata de ser proactivos, con prudencia y amor, poniéndonos en las zapatos de esas familias y que lleguen las ayudas en conección de corazón. ¡Gracias por leerme!
Te espero en mi próxima cápsula de Hablemos con Corazón.
Con cariño,
Nancy Péharpré
Fundación Soy un Corazón, Inc.
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